Antes de leer le planteo unos interrogantes:
· ¿Qué significa romper el silencio opresor?
· ¿Cómo haría posible usted que un aula virtual sea un espacio de liberación?
· ¿Cuál sería su dinámica de juego o de trabajo en el aula virtual?
· ¿Qué entiende usted por educación?
· ¿Qué elementos cree usted que debe tener un aula virtual al ser esta educativa?
Este video le puede ayudar un poco a comprender la pedagogía de estos dos grandes educadores: http://www.youtube.com/watch?v=kQvkxJmWpLg&feature=related De manera que el aula virtual tiene que ser hoy un espacio de LIBERACIÓN para el hombre, un medio de conocimiento e interacción de saberes en donde se pueda hacer posible la recreación del pensar. Estas son algunas de las exigencias de un educador virtual liberador:
1. El educador debe tomar conciencia de que el amor es la herramienta principal para la transformación.
2. El educador debe partir del nivel donde el educando está tanto social, como económico, político, ideológico, cultural… el educador debe ser sensible, tiene que ser esteta, tiene que tener gusto porque la educación es una obra de arte que diseña permanentemente.
3. El educador tiene que ser ético, tiene que respetar los límites de la persona, porque yo no puedo entrar en él irrespetándolo. Se tiene que respetar sus sueños, sus ideas, sus miedos, sus retos…
4. El educador debe encontrar un camino para que ellos rompan el silencio opresor. No se les debe negar su voz, el trabajo educativo es dialógico, porque la voz del educador no tiene sentido sin la vos del grupo.
[1] El diálogo es un fenómeno humano por el cual se nos revela la palabra, de la que podemos decir que es el diálogo mismo. Por ello hay que buscar la palabra y sus elementos constitutivos. Descubrimos así que no hay palabra verdadera que no sea una unión inquebrantable entre acción y reflexión y, por ende, que no sea praxis. De ahí que decir la palabra verdadera sea transformar el mundo.
La palabra inauténtica no puede transformar la realidad, pues privada de su dimensión activa, se transforma en palabrería, en mero verbalismo, palabra alienada y alienante, de la que no hay que esperar la denuncia del mundo, pues no posee compromiso al no haber acción. Sin embargo, cuando la palabra hace exclusiva referencia a la acción, se convierte en activismo, minimiza la reflexión, niega la praxis verdadera e imposibilita el diálogo.
Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión. El diálogo implica un encuentro de los hombres para la transformación del mundo, por lo que se convierte en una exigencia existencial.
Y no podemos dejar de recordar que para Freire, la palabra tiene dos fases constitutivas indisolubles: acción y reflexión. Ambas en relación dialéctica establecen la praxis del proceso transformador. La reflexión sin acción, se reduce al verbalismo estéril y la acción sin reflexión es activismo. La palabra verdadera es la praxis, porque los hombres deben actuar en el mundo para humanizarlo, transformarlo y liberarlo. (http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm)
Interesante compañero la educación virtual espacio para el dialogo
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